Si es que aquí no huele a asufre, huele a mierda de la mala. El chalao sudamericano es una especie en peligro de extinción, en un último esfuerzo de supervivencia y para asegurarse la descendencia ha conseguido alcanzar la cumbre de Caracas. Mientras le hacen la pedicura en su palacio le da tiempo de organizarse el discurso de cómo, día tras día, mejoran la vida de los millones de chabolistas que en infrahumanas condiciones viven.Pero como, para su desgracia, día tras día se destapa su engaño de cómo mientras los pequeños venezolanos chabolistas buscan entre el barro la comida diaria, él disfruta del dinero que el petróleo le proporciona, debe disimular. Hábilmente, puesto que no puede disimular con asuntos internos, recurre a llamar "mono" y "diablo" a Bush, "borracho" a Fox, y "Hitler" a Aznar. ¡Pobre chalao sudamericano! Encima sus compadres de correrías están ocupados en sus asuntos y su maestro y señor parece que el reúma le empieza a afectar.
¿Qué hará el pobre chalao sudamericano?
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